El control térmico y el ahorro energético son dos de los caballos de batalla de la arquitectura contemporánea. Y para dar una respuesta óptima a estas necesidades, los vidrios Low-E se han consolidado en el mercado, gracias a su capacidad de aislamiento y, por tanto, disminución de la cantidad de calor que se pierde.
El concepto Low-E se refiere a un vidrio de baja emisividad, es decir, un vidrio cuya superficie emite una menor proporción de la radiación térmica a una temperatura determinada.
Mediante una combinación entre un cristal tradicional y un cristal Low-E, se genera una nueva tecnología de termopaneles térmicos. Su composición basada en una capa delgada de plata y otros metales permite reflejar longitudes de onda como rayos UV o infrarrojos, ejerciendo un mayor control térmico.
Esto permite que un vidrio Low-E sea utilizado para el control solar y/o conseguir un aislamiento térmico del edificio. De esta manera, durante el invierno, el vidrio permite recibir radiación solar, generando una ganancia de calor solar pasiva y, a la vez, reduciendo la pérdida de calor hacia fuera. Mientras que, en el verano, bloquea la entrada de calor hacia el interior, promoviendo el control de una temperatura en el interior del edificio.
De nuevo, el vidrio da una respuesta eficiente a la nueva arquitectura.
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